Amèlie:

 

Bien, nos encontramos ante una de las mejores creaciones cinematográficas de los últimos tiempos. La vida de Amèlie, la joven e ingenua muchacha que trabaja como camarera de un bar de la ciudad, tomará un vuelco el día en que Lady Di muere en el ya conocido por todos, desgraciado accidente de tráfico. Comprenderá que para conseguir lo que se propone, deberá dejar de esconderse, de evitar el contacto con el mundo real y sumergirse en su particular universo de fantasía, y empezar a tomar la iniciativa en los asuntos que más directamente le afectan, entre ellos, el amor.


 

A lo largo de la travesía que deberá realizar nuestra protagonista, nos cruzaremos con todo un repertorio de personajes de lo más variopinto, como su padre, que vive cada día más alejado de la realidad; un cliente maníaco del bar, que todo lo que en él sucede, lo anota en su grabadora de voz; un pintor entrado en años cuyo estado de salud le mantiene recluido en su casa, lo cual no le impide estar en contacto con lo que sucede ahí fuera, e incluso saber dar buenos consejos a quienes tienen trato con él; el ayudante de la frutería, que es objeto de burlas por su jefe, debido al retraso mental que padece; la figurita de un gnomo que inexplicablemente viaja por todo el mundo... además de numerosas frases y momentos que quedarán para el recuerdo.


 

Amèlie es mucho más que una simple historia bonita, como sacada de un cuento, con personajes entrañables y escenarios pintorescos ; es un recorrido por nuestros sentimientos, desde el miedo a la soledad, al amor, pasando por la ambición, la curiosidad, la bondad con el mundo que te rodea... Amèlie es una película que brilla con luz propia, y además, desde todos los ángulos y puntos de vista imaginables: una historia que engancha desde el primer momento, unos personajes muy bien caracterizados, una banda sonora inolvidable -a manos del maestro Yann Tiersen, poco más hay que explicar-, que ha servido de inspiración a un sinfín de melodías para anuncios de televisión ; montaje y fotografía sencillamente impecables,... y un largo etcétera que confirman que esta genial obra de Jean-Pierre Jeunet goza de una excelente puesta en escena.


 

Sólo me queda recomendarla a quién no la haya visto todavía, y decir que es un título imprescindible para vuestra colección de películas.