El Gran Lebowski:

 

Posiblemente, la película con la que más me he reído en mi vida. “El Nota” –así se hace llamar el protagonista de esta descerebrada comedia de humor negro– es víctima, sin saberlo, de una desafortunada coincidencia: apellidarse igual que un anciano multimillonario de la zona. Por este motivo, es confundido con él por unos rateros de poca monta, que asaltan su casa, y le desgracian su tan preciada alfombra. Cuando conoce la razón de lo sucedido, recurre al mencionado multimillonario Lebowski a pedirle cuentas por el incidente, pero éste no está muy por la labor de compensarle de alguna forma, y a partir de aquí, todo se le empieza a complicar a nuestro protagonista, de tal forma que se verá involucrado en más de una situación embarazosa...


 

La película posee uno de los argumentos más retorcidos y descojonantes que conozco, extraordinariamente llevado de principio a fin por los geniales hermanos Coen, responsables de varias creaciones que también merecen ser mencionadas, como “Fargo” o “El Hombre Que Nunca Estuvo Allí”, por poner algunos ejemplos. Disfrutaremos de las peripecias de “El Nota”, que tendrá que lidiar, entre otros, con Walter, su amiguito cabezota y testarudo (a mí, este personaje me ha marcado), capaz de discutir por casi cualquier cosa y llevarlo hasta las últimas consecuencias, y Donny, obsesivamente aficionado a los Beatles ; una banda de secuestradores sin escrúpulos ; una amiga ninfómana, capaz de cualquier cosa... o Jesús Quintana, el afeminado jugador de bolos.


 

Si os gustan las comedias de humor negro desenfrenado y sin tregua, no lo dudéis: ésta es la vuestra. La diversión y las carcajadas están aseguradas. Aún recuerdo cuando la vi por primera vez, a las 2 o las 3 de la mañana, en el salón de mi casa, con mi hermano, aguantándonos la risa como podíamos para no despertar al resto...